La infancia es una etapa clave para el desarrollo emocional. Es en casa donde los chicos y chicas dan sus primeros pasos para aprender a reconocer sus emociones, expresar lo que sienten, construir su autoestima y establecer vínculos sanos. Por eso, el acompañamiento cotidiano de las familias resulta fundamental.
¿Qué es el bienestar emocional?
Cuando hablamos de bienestar emocional, nos referimos a la capacidad de una persona para gestionar sus emociones, establecer relaciones saludables, adaptarse a los cambios y afrontar desafíos de la vida cotidiana. En el caso de los niños, este desarrollo comienza desde los primeros meses de vida y se nutre de la relación con sus figuras de cuidado.
¿Cómo podés fortalecerlo en casa?
Desde los consultorios de La Natividad Neuquén, te compartimos algunos consejos prácticos y cotidianos que pueden hacer una gran diferencia:
- Escuchar y validar emociones
No hay emociones buenas o malas. Todas son necesarias. Si tu hijo está enojado o frustrado, lo primero es escucharlo sin juzgar. Ponerle nombre a lo que siente («estás triste», «eso te enojó») lo ayuda a identificar sus emociones y sentirse comprendido.
- Establecer rutinas
Las rutinas dan seguridad. Saber qué esperar en cada momento del día les transmite orden y tranquilidad. Las comidas, el baño, el juego, el descanso… todo forma parte de un entorno previsible que refuerza su equilibrio emocional.
- Fomentar el juego libre
El juego no es solo entretenimiento. Es una herramienta poderosa para la expresión emocional, el desarrollo del lenguaje y la resolución de conflictos. Además, fortalece el vínculo con quienes juegan y favorece el aprendizaje de normas sociales.
- Cuidar tu propio bienestar
Una parte importante del cuidado emocional de los niños es el autocuidado de los adultos. Tomarte momentos para descansar, pedir ayuda cuando lo necesitás y manejar el estrés de forma saludable también es educar.
- Predicar con el ejemplo
Los chicos aprenden mucho más de lo que ven que de lo que se les dice. Tu manera de comunicarte, de resolver conflictos, de expresar afecto o de reaccionar frente a un problema, es un modelo de comportamiento emocional.
Un dato local importante
En Argentina, UNICEF y diversas organizaciones de salud mental han alertado sobre el aumento de problemas emocionales y conductuales en niños y adolescentes en los últimos años. Muchos de estos desafíos pueden prevenirse o detectarse a tiempo si estamos atentos a sus señales y fortalecemos los vínculos desde el hogar.
El bienestar emocional no se construye en un solo momento. Es una práctica de todos los días, hecha de escucha, paciencia, amor y presencia. Y si alguna vez tenés dudas o sentís que tu hijo necesita más acompañamiento, consultá con tu pediatra de confianza. La salud emocional también se cuida.
Fuentes: Unicef | HealthyChildren